Algunas claves para entender el proyecto


Por Arch. Federico Taboada Cardoso (Chubut, Argentina)

Este es nuestro nuevo desafío: llegar al Bicentenario de la República Argentina con una Ley que ampare a los archivos y los trabajadores de archivos.


Un gran anhelo por parte de los que estamos compenetrados con la ciencia archivística es contar con una regulación de nuestra actividad. En el caso de Argentina este afán se refleja en proyectos diversos, los que fueron presentados en distintos años, a partir de 1995 aproximadamente.


Cabe destacar que cuando hablamos de regulación, no significa que en nuestro país estemos del todo desamparados. Tenemos, como otros países vecinos, nuestro Archivo General de la Nación.


¿Qué buscamos los profesionales y los trabajadores de archivos con una nueva ley? Al buscar una respuesta nos ahondamos en el mundo del conocimiento y en la gran evolución que ha tenido la Ciencia Archivística. Los estamentos académicos muchas veces van más allá del brazo de las instituciones y las realidades concretas. De hecho, la ciencia archivística ya ha elaborado planes, cuadros, estrategias, metodologías, que van más allá de las regulaciones existentes.


Una corriente historicista de preservar los documentos ha dejado durante los siglos XIX y XX, por suerte, una serie de leyes, decretos, disposiciones y demás documentos dispositivos que uno a uno fueron sumándose al complejo cuadro jurídico que regula tanto el funcionamiento de los archivos, como la creación, administración y conservación de los documentos que los componen, pasando, aunque levemente, por el amparo de los trabajadores que de forma profesional o idónea nos dedicamos a esto.


Sin embargo, el siglo XXI nos exige un desafío diferente. Sumadas, la Administración de los Archivos y la Gestión de los Documentos brindan al archivero una competencia profesional que comienza con la planificación misma del documento, es decir, desde antes que el documento nazca.


Con lo expuesto en párrafos anteriores, no es muy difícil imaginarse el sinnúmero de dificultades que hemos encontrado para crear la articulación entre el socialmente aceptado “archivo histórico” y la administración. Algunos profesionales lo hemos logrado, otros no tanto. Lo lamentable es que esta falta de articulación no se debe a competencias profesionales, sino a competencias administrativas. Allí es donde se necesita la regulación.


No significa que haya administraciones que no cuenten con la correcta legislación en materia de archivos. Sin embargo, es de notar que muchas veces estamos ante respuestas a estímulos, que claramente son un síntoma de falta de planificación. Es aquí donde reclamamos la inclusión de los lineamientos archivísticos en las políticas de Estado, para plasmar así lo que denominamos Política Archivística.


Desde la Asociación de Archivistas Fueguinos, un grupo de personas sumamente comprometidas y entusiastas de iniciativas, propone este Proyecto de Ley que se presentará en el mes de diciembre en Diputados.


Los Archivistas Fueguinos nos dicen en la fundamentación del proyecto que “La intención no es simplemente poder “vislumbrar”, sino volver la producción de documentos un aspecto altamente calificable y cuantificable, medible y mejorable, de modo que se logre la optimización. Esto es lo que podemos hacer los archiveros en Argentina y para hacerlo, necesitamos el SINAR.”


¿Qué será el SINAR (Sistema Nacional de Archivos)? Desde el punto de vista de la estructura del SINAR, la propuesta plantea un Ente Especial del Estado, con una dirección colegiada; que no esté en la órbita de ninguno de los tres poderes...”. “Este nuevo Ente, el SINAR, debe contar con un presupuesto propio que le permita planificar actividades y llevarlas a cabo sin dependencia económica de ninguno de los tres poderes del Estado. Asimismo, la aplicación de las pautas dictadas por el SINAR correrá por cuenta de los organismos de los que dependa cada archivo. Este tipo de vinculación económica permite que no se vea sobrecargado financieramente el SINAR, y que cada organismo pueda prever el costo de las recomendaciones dentro de sus propias partidas presupuestarias.”


En el mundo globalizado, los trabajadores de archivos de la Patagonia estamos fomentando el trabajo en red. Estamos todas las provincias interconectadas a través del Grupo de Trabajo de Archiveros Patagónicos y estamos teniendo nuestros frutos. Para el año 2010 tenemos proyectada la homologación de los archivos a través de un Manual de Mejores Prácticas para Archivos de la Patagonia. Incluso nos estamos organizando en forma regionalizada, como es el caso del Grupo de Trabajo de Archiveros del Valle Inferior del Río Chubut y la Asociación de Archivistas Fueguinos.


Independientemente de las formas jurídicas que estamos logrando, lo importante es que estamos interconectados, con objetivos claros y concretos y con líneas directas entre nosotros para una planificación estratégica. La gestación de esta Ley y el apoyo a la iniciativa también tiene mucho de esta filosofía de trabajo.


Estan todos cordialmente invitados a sumarse. Apostemos por una ley que nos brindará en esta instancia un Ente Especial, el SINAR, como punto de partida para darle forma a un nueva etapa de planificación y una nueva Política Documental para Argentina.